La kinesiología
El cuerpo guarda las huellas de lo vivido: emociones retenidas, tensiones internas, impactos físicos. A veces no sabemos nombrar lo que nos pasa, pero el cuerpo lo expresa con molestias, cansancio o sensación de bloqueo.
La kinesiología permite acceder a esa información que el cuerpo no ha podido soltar. A través del test muscular, identifica dónde está el desequilibrio —ya sea físico, emocional o energético— y qué necesita para recuperar su ritmo natural.
Desde ahí, se aplican correcciones personalizadas que pueden incluir técnicas como la acupresión, osteopatía, auriculoterapia, ajustes energéticos u otras herramientas, según lo que el cuerpo demande en cada sesión.
Es una vía de liberación que devuelve fluidez, presencia y conexión, permitiendo sentir con más claridad lo que necesitas y cómo quieres vivir.
- Fatiga: Ayudando a mejorar los niveles de energía y reducir la fatiga física y mental
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Malestar emocional: Contribuyen a
la reducción del agobio y la tensión emocional. (fobias, trauma)
- La liberación de conflictos y esquemas nocivos
- Facilitación del autoconocimiento: permitiendo a las personas la toma de conciencia de patrones emocionales y mentales, facilitando el crecimiento personal y la resolución de desequilibrios.
Por ejemplo: se pudo regular en unas sesiones problemas digestivos crónicos de toda la vida, al trabajar sobre emociones no «digeridas»; aliviar dolores musculares, y estados de angustia.
